Existen momentos que nos roban el aliento, otros que te arrebatan por su
adrenalina, también están aquellos donde la nostalgia nos invade.
Este año, tras volver de un viaje de un mes en España, de haber
experimentado el estar lejos de la patria, en mi camino de regreso a casa
decidí pasar unos días en la Ciudad de México, donde tuve la oportunidad de
conocer el Castillo de Chapultepec y el Museo Nacional de Antropología, de este
último es del que hablare en esta entrada.
Fotografía: Cabeza Olmeca |
La primera sala a la que entre fue la Sala Tolteca, y apenas entrar me
topé con un mapa y una pantalla informativa que narraba acerca de Cholula,
Cacaxtla, Teotihuacán, Cantona (lugares en los cuales he podido estar anteriormente)
y no sé si fue el hecho de haber estado en ellos, de haberlos conocido en
persona, o el volver a la patria lo que me produjo esa sensación de nostalgia,
de pronto sentía alegría por todo lo que mis antepasados habían hecho y unas
ganas profundas de soltar el llanto. Me sentía conmovida por estar ahí,
sumergiéndome en la historia de mi país. Por unos momentos me sentí incapaz de
continuar mi recorrido por la sala, caminaba, me desplazaba de un punto a otro,
pero era incapaz de leer las fichas de lo que veía en las vitrinas, o de
entender. Merodeé un poco por la sala hasta ser capaz de entender y abrazar lo
que veía, de esos trozos de historia que el museo pone a nuestra disposición, y
de ese modo, con tremenda admiración, recorrí, a veces a un paso demasiado
veloz cada sala, consciente de que el tiempo era mi mayor enemigo en aquella
visita, pero con la añoranza de alcanzar a ver lo más posible.
Tras lo que fueron cuatro horas de recorrido, tuve que marcharme. Pero
sé que, en otro momento, cuando la oportunidad surja deberé volver, pues hay
muchísimo que descubrir.
En mi opinión el museo es uno de esos que todo mexicano que tenga
oportunidad debe conocer, ahí se narra nuestra historia, es un lugar que
asombra, conmueve, emociona, admira, sorprende.
Los mexicanos tenemos acceso gratuito todos los domingos, así como
estudiantes, personas de la tercera edad, acceso gratis presentando credencial
todos los días.
El costo normal es de $65.00 MXN lo cual es relativamente barato para
todo lo que ofrece, apenas una pequeña aportación al INAH. Y más que
considerarse un gasto debe verse como una inversión.