Fotografía: Fachada complejo museístico de la Constancia, Puebla. |
Los fines de semana tengo la costumbre de acudir a alguna exposición que me halla llamado la atención o visitar algún museo. Es un habito que he creado debido a que las experiencias que me he llevado recorriendo museos han sido en su mayoría gratas y un par de ellas las llego a calificar de excepcionales. Me he dado cuenta también, de que tras ciertas visitas a museos termino diciéndome "este es ahora mi favorito" y la verdad es que no se que tan cierto sea eso, pero de lo que no me cabe duda es de que mi relación con los museos ha ido creciendo y me he permitido redescubrir aquellos museos que he llegado a calificar como "mis favoritos" dejando que otros le sucedan en esta categoría, y aquí retomo la frase que use para abrir este blog:
“Cami, soy un aventurero y los aventureros dejan a sus nuevos amigos para volver con sus viejos amigos a quienes dejaron para hacer a los nuevos.” Flapjack- Isla acaramelada.
He de recurrir a esta frase para describir de algun modo mi relacion con los museos.
Y ahora, con respecto al hecho de que este yo hablando a diestra y siniestra (cosa que hago con todos los temas que me apasionan) sobre museos, no quiero de ningún modo decir que yo sea una entendida en arte, historia, cultura, etc, por el contrario, soy una simple alma que vaga por el mundo dejándose llevar por aquello que encuentra apasionante, intrigante, maravilloso. Y hago este paréntesis solo para recalcar que el hecho de que se me ocurra andar del tingo al tango por los museos de la ciudad donde vivo no significa que sea yo una entendida en estas cosas o que quienes van a museos lo sean. Por lo que les exhorto a acudir a aquellos museos que estén cerca de donde cada uno de ustedes viva, o en los lugares que visiten y descubran en ellos las maravillas que tienen para ofrecer.
Ahora, entrando en materia sobre lo que al titulo de esta entrada compete, les comparto mi experiencia en la Casa de la Música de Viena en Puebla (Al final de la entrada les dejo la información sobre horarios y costos).
Recién llegar, la casa te recibe en una primera sala de exposición en la que naturalmente la música es la protagonista, a ambos lados del corredor de entrada hay fotografías con flora, fauna, arquitectura y demás rasgos característicos de regiones varias, y del techo penden unas especies de medias esferas, que tras colocarse debajo de cada una de ellas permiten escuchar música o sonidos de distintas regiones del mundo. Esta experiencia te transporta de inmediato a un mundo donde lo único que hay que hacer es dejarse llevar por la música. La inmersión continua en la siguiente sala, que alberga una espera sobre el piso con imágenes y vídeo de un feto, el sonido que escucharemos en esta sala corresponde a las pulsaciones que escucha un feto dentro del útero, si eso no es increíble no se que lo sea. Yo para ese punto, llevando menos de cinco minutos dentro de la casa de música ya me sentía muy animada por lo que este recorrido iba a ser. La siguiente parada es el laboratorio de sonido, donde encontraras información sobre el órgano auditivo, así como equipo interactivo para entender tu limite auditivo, la percepción o ilusión del sonido, entre otras cosas muy interesantes.
El recorrido continua en una estación en la cual puedes crear tu propio música partiendo de sonidos que tu puedes editar por llamarlo de algún modo y que tras la visita tienes la opción de guardar en un CD y llevarte a casa, la experiencia en esta especie de caleidoscopio musical es increíble porque hay muchos sonidos que te transportan no solo a otros continentes sino también al espacio exterior, y lo digo en serio, ahí podrás escuchar el sonido del sol, de planetas como Júpiter y Neptuno, así como sonidos familiares como un ronquido, un bostezo o un par de simios enviados en las primeras sondas que se mandaron al espacio exterior.
El recorrido continua en una estación en la cual puedes crear tu propio música partiendo de sonidos que tu puedes editar por llamarlo de algún modo y que tras la visita tienes la opción de guardar en un CD y llevarte a casa, la experiencia en esta especie de caleidoscopio musical es increíble porque hay muchos sonidos que te transportan no solo a otros continentes sino también al espacio exterior, y lo digo en serio, ahí podrás escuchar el sonido del sol, de planetas como Júpiter y Neptuno, así como sonidos familiares como un ronquido, un bostezo o un par de simios enviados en las primeras sondas que se mandaron al espacio exterior.
Fotografía: Entrada a la sala de compositores. |
La casa cuenta con salas que albergan la biografía, obras, música e información concerniente a diversos compositores, como Mozart, Beethoven, Schubert, etc. Cada una tiene algo que la vuelve interesante, en la de Mozart por ejemplo, destaca una sección interactiva que te permite crear música con tu nombre, y en la de Beethoven nos encontraremos con un piano que interpreta por si mismo las composiciones de Beethoven, así como una zona con información y audífonos para escuchar Claro de Luna, la Quinta y Novena Sinfonía.
Tras el recorrido por las salas de compositores llegaremos a una sección con tres cabinitas en las cuales podremos escoger una pieza musical y jugar a ser directores de la orquesta de Viena.
Al final, el recorrido termina siendo una experiencia sumamente divertida y enriquecedora. Este museo es para disfrutarse, y durante mi recorrido me percate de que las personas a mi alrededor también disfrutaban de la experiencia, tanto que incluso bailaban en algunas de las salas que se prestaban a eso, en resumen, esta ha sido mi mejor experiencia en museos de este año hasta el momento. Ya les contare luego sobre otras de mis visitas. Por ahora, les dejo la info que proporciona la pagina de la Casa de Música de Viena en la que encontraran todo lo necesario para su visita.
¿Cual ha sido la visita a un museo que mas les ha gustado?
TIP: Puedes aprovechar entrada gratis los sábados de Noche de Museos en un horario de 5PM a 9PM. La cartelera de Noches de Museos la puedes encontrar en internet.